Ayer pensé en morir y tú no estabas ahí, ¿por qué tuviste que mentir? Preparé la cena, quité la traba, subí la calefacción, leí un libro… pensé en morir. Después de mucho intentarlo, escribí una frase decente: “La Historia se cuece, cortada en cubitos, junto a grandes y baratas tramoyas, que hacen que cientos de infelices pierdan la capacidad mental de distinguir la realidad de la fantasía. Dan miedo.” No me fue tan fácil como crees aceptar que estabas lejos de acá, cerca de Brasil, y que, además, te estabas divirtiendo.
Una tuca y mi vieja forman parte del mismo cuadro. Me hipnotiza la noche, encima elijo música brasilera, triste, triste, como compañera de vacío. De esta nada. Hoy me sé en el centro del anillo.
“Una civilización imberbe, arrepentida de mentir, se retracta y pide droga. Hay que votar obligatoriamente al que te va a coger, o te hará olvidar a quién no debías, o te educará para que le pidas más droga. Y él, justo él, vende. Y te da trabajo para que tengas plata, y le compres. Y vos comprás.”
Hay una voz que articula tu prosa con la mía. Y un respiro, en mi oreja sudada. Esta sed se calmaría si vos sirvieras mi agua.
Atrapado en miserables discusiones bla bla bla, con gente que no entiendo sí sí sí, y pienso en mamá, en lo rápido que puedo morir, en las explosiones que hay por todos lados, y mamá: “nunca dejaré que explotes, hijo del alma, justo al lado mío.”
“Alimentar la fantasía de quienes me ayudan a escapar de toda mierda, es mi función en esta sociedad.” Eso escribí cuando tenía mis frescos 16; ahora sé que ni eso ni nada importa, salvo llevar perfume el día del Apocalipsis. A los pueblos les cuesta demostrar que son otra cosa que redondelitos con nombres. Son cómplices y víctimas, remitentes y destinatarios de toda su ira. Una de mis frases de estilo oriental dice: “si creés que el mundo está en problemas, y además querés cambiarlo, tenés dos caminos: conquistar tu autoestima, o cagarte un tiro.”
se alquila...
*cuerpo deshabitado de cerebro
*en zona nómade
*tres ambientes de locura
*dimensiones variables
*paredes barba bi capa
*felicidad impermeable
*piso de callos rumanos color ocre
*pulmones en remodelación
*amplio livinrrúm peludo-luminoso
*balcón terraza de largas cabelleras
*detalles de terminación de primera calidad pero sin terminación
*mucho confort de quien espera una inquilina sensata
*en zona nómade
*tres ambientes de locura
*dimensiones variables
*paredes barba bi capa
*felicidad impermeable
*piso de callos rumanos color ocre
*pulmones en remodelación
*amplio livinrrúm peludo-luminoso
*balcón terraza de largas cabelleras
*detalles de terminación de primera calidad pero sin terminación
*mucho confort de quien espera una inquilina sensata
el agua debe aprender a nadar
Ella vive en la ciudad de la fobia; aunque vive es una forma de decir. Sería más acertado decir que cada tanto la invade la sensación de estar viva. Piensa en él, por él, qué él, cómo él...y se pierde en sus propias palabras, ese limbo que sólo ella quiere transitar.
Por momentos las palabras que piensan sus personajes, son sus palabras:
- Es que pasado presente y futuro son lo mismo. Hace 30 años vinieron los punks con su historieta del "no-future" como si hubieran inventado la pólvora. Sin embargo, hoy hay menos no futuro. Que el mundo no ofrezca otra cosa que canibalismo se corresponde con la falta de religiosidad de las personas. Aunque haya miles que vayan al templo y recen y crean Sus Dioses, no son personas religiosas; la solidaridad la practican de la boca para afuera, nunca con las manos y, sobre todo, sus corazones insisten en ir por el pedazo ciego del camino.
Ella puede seguir hablando, sin embargo su autora decide que debe hacer una pausa. Guarda para su personaje el argumento más filoso, el que hará que uno más uno deje de ser uno. La autora no soporta que su personaje masculino ni siquiera atisbe a mover su boca. Entonces sigue su ella:
- El judaísmo es la religión facista por excelencia. Ser judío significa pertenecer al Pueblo Elegido, no serlo significa malinterpretar a Dios. Ser ateo es pertenecer a otra esfera, fuera de lo real. No importa cuánta sangra corra en pos de ese pedacito de tierra que Dios les dio por decreto. Los cristianos derivan del judaísmo, y el símbolo que los representa es un elemento de tortura inventado por los Romanos.
Él sigue sin hablar, sin poder, sin ganas. Guarda todas sus fuerzas para secar sus lágrimas, que no son de alegría. Ella es dueña y señora de todo; acción, diálogo, observación. Ve cómo llora él y concluye, terminante:
- Tus lágrimas hechan luz a mis pensamientos; ponen blanco sobre negro. No estamos más...
Sale del departamento de él. Afuera no la espera otra cosa que una puta miope y acorazada, incapaz de distinguir una lágrima de un salivazo. Y en el gesto de levantar el brazo para que frene el colectivo, seca rápidamente una lágrima que no es de emoción.
Él se levanta con la sonrisa de quien cree que la belleza también existe. Lava sus dientes con resaca, enemiga nata para el recuerdo del sueño. De hecho, lava sus dientes y la espuma del dentrífico se le confunde con espuma de mar, escupe y piensa que está por comenzar la noche. Que afuera está el camión, esperando.
Él se mira en el espejo con el asombro de quien descubre algo viejo.
Se viste en apenas segundos y transita su huella hasta el pueblo.
Ella esgrime un altar en el campo de su memoria, se deja llevar con la desazón que deben sentir las hojas ante el huracán.
Entonces ella: ella, ella y ella.
Él y ella, ella y ella. Cada día que pasaron juntos, una nitidez indiscutible. Aunque arrastrado por el huracán, él duda de la existencia de ella. ¿Acaso no es ficción? ¿Una posibilidad? Aparece agua y espuma de mar, una puesta de sol, hendrix suena en un parador de playa y ellos dos. Caminan de la mano. Frenan, se besan. el sol cae con la furia de una liebre domesticada. Ellos insisten con esos pequeños viajes entre la arena y el agua, entre el agua y la arena. Aún hay sol, pero ya es de noche.
Pregunta por pasajes al sitio más liviano que exista. Rescata las últimas monedas de su bolsillo y paga el boleto; sonríe con los dientes de quien recuerda una puesta de sol.
Espera entre árboles y gente, la hora de partida.
Ahora mira por la ventana, conoce cada línea del asfalto. Lee un libro y las imágenes se le borran; tiene sueño. Duda si dormir o si enseñarle a los personajes del libro a mirar por la ventanilla. Opta por un café y un caramelo de menta. Espera en vano las ganas de leer. Canta para sus adentros, o, más aún, imagina el sonido global de varias canciones de Hendrix, y piensa en cómo era que pesnaba Jimi. O si acaso él sólo sentía y gracias a eso poseía esa asombrosa facilidad de transducción a través de su herramienta de trabajo, como si se tratara de poner un sello en un papel.
Ventanilla, distorsión y wah-wah, platillazo, estribillo. Él se aburre con la facilidad de quien cuenta números enteros. Entonces decide volver al libro sin ganas, y le cuesta entender el motivo de que las hojas ya no tengan sentido, como si las letras fueran otras, o, para ser más certeros, invisibles.
Cierra el libro y decide escribir una decena de argumentos para ya no ser feliz, ni jugar como un chico, ni tener novia. O querer viajar a un lugar liviano.
Por momentos las palabras que piensan sus personajes, son sus palabras:
- Es que pasado presente y futuro son lo mismo. Hace 30 años vinieron los punks con su historieta del "no-future" como si hubieran inventado la pólvora. Sin embargo, hoy hay menos no futuro. Que el mundo no ofrezca otra cosa que canibalismo se corresponde con la falta de religiosidad de las personas. Aunque haya miles que vayan al templo y recen y crean Sus Dioses, no son personas religiosas; la solidaridad la practican de la boca para afuera, nunca con las manos y, sobre todo, sus corazones insisten en ir por el pedazo ciego del camino.
Ella puede seguir hablando, sin embargo su autora decide que debe hacer una pausa. Guarda para su personaje el argumento más filoso, el que hará que uno más uno deje de ser uno. La autora no soporta que su personaje masculino ni siquiera atisbe a mover su boca. Entonces sigue su ella:
- El judaísmo es la religión facista por excelencia. Ser judío significa pertenecer al Pueblo Elegido, no serlo significa malinterpretar a Dios. Ser ateo es pertenecer a otra esfera, fuera de lo real. No importa cuánta sangra corra en pos de ese pedacito de tierra que Dios les dio por decreto. Los cristianos derivan del judaísmo, y el símbolo que los representa es un elemento de tortura inventado por los Romanos.
Él sigue sin hablar, sin poder, sin ganas. Guarda todas sus fuerzas para secar sus lágrimas, que no son de alegría. Ella es dueña y señora de todo; acción, diálogo, observación. Ve cómo llora él y concluye, terminante:
- Tus lágrimas hechan luz a mis pensamientos; ponen blanco sobre negro. No estamos más...
Sale del departamento de él. Afuera no la espera otra cosa que una puta miope y acorazada, incapaz de distinguir una lágrima de un salivazo. Y en el gesto de levantar el brazo para que frene el colectivo, seca rápidamente una lágrima que no es de emoción.
Él se levanta con la sonrisa de quien cree que la belleza también existe. Lava sus dientes con resaca, enemiga nata para el recuerdo del sueño. De hecho, lava sus dientes y la espuma del dentrífico se le confunde con espuma de mar, escupe y piensa que está por comenzar la noche. Que afuera está el camión, esperando.
Él se mira en el espejo con el asombro de quien descubre algo viejo.
Se viste en apenas segundos y transita su huella hasta el pueblo.
Ella esgrime un altar en el campo de su memoria, se deja llevar con la desazón que deben sentir las hojas ante el huracán.
Entonces ella: ella, ella y ella.
Él y ella, ella y ella. Cada día que pasaron juntos, una nitidez indiscutible. Aunque arrastrado por el huracán, él duda de la existencia de ella. ¿Acaso no es ficción? ¿Una posibilidad? Aparece agua y espuma de mar, una puesta de sol, hendrix suena en un parador de playa y ellos dos. Caminan de la mano. Frenan, se besan. el sol cae con la furia de una liebre domesticada. Ellos insisten con esos pequeños viajes entre la arena y el agua, entre el agua y la arena. Aún hay sol, pero ya es de noche.
Pregunta por pasajes al sitio más liviano que exista. Rescata las últimas monedas de su bolsillo y paga el boleto; sonríe con los dientes de quien recuerda una puesta de sol.
Espera entre árboles y gente, la hora de partida.
Ahora mira por la ventana, conoce cada línea del asfalto. Lee un libro y las imágenes se le borran; tiene sueño. Duda si dormir o si enseñarle a los personajes del libro a mirar por la ventanilla. Opta por un café y un caramelo de menta. Espera en vano las ganas de leer. Canta para sus adentros, o, más aún, imagina el sonido global de varias canciones de Hendrix, y piensa en cómo era que pesnaba Jimi. O si acaso él sólo sentía y gracias a eso poseía esa asombrosa facilidad de transducción a través de su herramienta de trabajo, como si se tratara de poner un sello en un papel.
Ventanilla, distorsión y wah-wah, platillazo, estribillo. Él se aburre con la facilidad de quien cuenta números enteros. Entonces decide volver al libro sin ganas, y le cuesta entender el motivo de que las hojas ya no tengan sentido, como si las letras fueran otras, o, para ser más certeros, invisibles.
Cierra el libro y decide escribir una decena de argumentos para ya no ser feliz, ni jugar como un chico, ni tener novia. O querer viajar a un lugar liviano.
asco histórico
tantos años de ignorar la alquimia de la lombriz.
de la inexistencia de todo.
de los defectos de la perfección.
de Dios.
de la omnisciencia del agua.
de la invención del tiempo.
tantos sin hacer pozos en la tierra.
sin creer en la Madre de todos nosotros.
creyendo que hay motivo para la música.
tantas noches aspiré la niebla y el smog
y saqué el boleto de 80 para volver
a un departamento con un cuarto
con una cama, mía.
tantos insultos al amor hicieron que me enamore.
tantas loas a la soledad hicieron que me llene de amigos y de marcas en el cuerpo.
síntomas de un pasado repleto de abundancia y buena estrella.
tanta luz que no ilumina sino enceguece.
tanta guitarra a la luz de un fuego en horas de dormir.
tantos chicos aprendiendo historia y derecho en los colegios.
tanto no estado y caos envuelto en celofán.
tanto código de barra en cerebros imantados, enfermos.
tanto vagabundo triste pero libre.
tanto rico feliz con su encierro.
tanto preso con ganas de robar.
tanto mediocre que opina sobre la locura.
tanta locura que impide, tanta locura que impulsa, tanta locura que calla, tanta lcoura que llora y ríe.
tanto escudo casco machete revolver para reprimir lo popular.
tanto pueblo que ignora la tinta sangre de gente de pueblo.
tanto ruego inválido.
tanta sabiduría desempleada.
tanta angustia saliendo por los ojos.
tanta flor que repele el dinero.
tantos pares de piernas que saben correr (y no van a ninguna parte).
tantos pares de ojos que aún distinguen el refugio del abismo (y sólo miran lo que les conviene).
tanta angustia no puede ser auténtica.
tantas palabras no pueden tener sentido.
de la inexistencia de todo.
de los defectos de la perfección.
de Dios.
de la omnisciencia del agua.
de la invención del tiempo.
tantos sin hacer pozos en la tierra.
sin creer en la Madre de todos nosotros.
creyendo que hay motivo para la música.
tantas noches aspiré la niebla y el smog
y saqué el boleto de 80 para volver
a un departamento con un cuarto
con una cama, mía.
tantos insultos al amor hicieron que me enamore.
tantas loas a la soledad hicieron que me llene de amigos y de marcas en el cuerpo.
síntomas de un pasado repleto de abundancia y buena estrella.
tanta luz que no ilumina sino enceguece.
tanta guitarra a la luz de un fuego en horas de dormir.
tantos chicos aprendiendo historia y derecho en los colegios.
tanto no estado y caos envuelto en celofán.
tanto código de barra en cerebros imantados, enfermos.
tanto vagabundo triste pero libre.
tanto rico feliz con su encierro.
tanto preso con ganas de robar.
tanto mediocre que opina sobre la locura.
tanta locura que impide, tanta locura que impulsa, tanta locura que calla, tanta lcoura que llora y ríe.
tanto escudo casco machete revolver para reprimir lo popular.
tanto pueblo que ignora la tinta sangre de gente de pueblo.
tanto ruego inválido.
tanta sabiduría desempleada.
tanta angustia saliendo por los ojos.
tanta flor que repele el dinero.
tantos pares de piernas que saben correr (y no van a ninguna parte).
tantos pares de ojos que aún distinguen el refugio del abismo (y sólo miran lo que les conviene).
tanta angustia no puede ser auténtica.
tantas palabras no pueden tener sentido.
amigos recurrentes
"¿cuantos caminos debe caminar un hombre para ser llamado hombre?" (dylan)
kandinsky
picaso
botero
dali
stravinsky
mozart
johann sebastian
strauss
kerouac
cortazar
soriano
shakespeare
francescoli
gabriel omar
piojolopez
palermo
lugano
recoleta
monte castro
dy
ylannnn
vi
illllllllca
he
ennnnndrix
falú
úúúúúúúúúú
kandinsky
picaso
botero
dali
stravinsky
mozart
johann sebastian
strauss
kerouac
cortazar
soriano
shakespeare
francescoli
gabriel omar
piojolopez
palermo
lugano
recoleta
monte castro
dy
ylannnn
vi
illllllllca
he
ennnnndrix
falú
úúúúúúúúúú
una estrella en colectivo
cierro los ojos
un rosa me pierde
en la profundidad
del dolor manso
la planta
de mi pie
manda savia
soy la única
planta que puede
florecen mis uñas
de humo dulce
y sueño de espinas
en el camino
solo
soy la única
persona
deprimida
del mundo
y lo sé
un rosa me pierde
en la profundidad
del dolor manso
la planta
de mi pie
manda savia
soy la única
planta que puede
florecen mis uñas
de humo dulce
y sueño de espinas
en el camino
solo
soy la única
persona
deprimida
del mundo
y lo sé
gol de rebote
yo pisé el paraná
yo nadé en iruya
caminé por el fuego
en el perito moreno
bailé en san martin
hice dedo en moquehue
armé mi carpa en valles sierras
tierra sin nombre
caballito salvaje la vía del tren
caballito salvaje recorriendo azul
caballito salvaje en lanús
cabaliito salvaje la vía del tren
yo nadé en iruya
caminé por el fuego
en el perito moreno
bailé en san martin
hice dedo en moquehue
armé mi carpa en valles sierras
tierra sin nombre
caballito salvaje la vía del tren
caballito salvaje recorriendo azul
caballito salvaje en lanús
cabaliito salvaje la vía del tren
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