...era informática...

Inicio click. Apagar Sistema click. Reiniciar click.

Lo ves en mis ojos, pero yo no. Humanamente sé que no existo, aunque digas lo contrario.

Controlar Suprimir. Máquina de mierda.

Compu, amor: qué será de tí sin nosotros.

Lento, baboso, acorazado, mudo. Soy un caracol. Como vos. Me gusto.

El tatuaje espiral de mi cuerpo me explica: no empiezo ni termino.

Acabo con Ser o No Ser. Simplemente estoy.

Controlar Suprimir.

Mis documentos click, fotos click, doble click.

¿Está seguro que desea?

Yo yo y yo. Familia quieta, amigos quietos, paisajes, cosas.

En el medio eso llamado vida; algo me hizo click ¿viste? Empecé a moverme en lo que me gusta.

Ingreso mi clave. Soyuncaracol.

¿No lo ves?

Sí. No. Cancelar.

El espacio tiempo desnudo sólo para mí. Ser estar, doble click.

Alguien me pisa; mi ser se abandona. Jamás muero.

Controlar Suprimir. Sigo quieto en el monitor.

Produje un error. No voy a intentarlo nuevamente.

Así no.

Inicio click. Apagar Sistema Click. Apagar click.

anti-cuerpos

...inyéctame de mi veneno
no importa
es mio...

...velatropa...

una extraña fuerza
explota incendia rompe y deja

hormigas en la sien
entran salen entran

entran-salen-entran

vértigo fuego adrenalina
maquinaria pesada

sigo quieto hormigas en la sien
soy raíces por el aire

inmundo quemado
pero una extraña fuerza

todo es nada siempre es nunca
vuelvo a comenzar

una extraña fuerza
incendia rompe

llueve renace me olvidan
y crezco

...cuánta mina que tengo...

nada delante del vidrio
que separa a mi corazón
del pensamiento

en el fondo de una mochila
sólo tierra y más tierra
fronteras ciudades desiertos

lugares nuevos que olvidar
nostalgia de lo que no viví

sangre e ideas
absolutamente
fundidas

de repente ciudad
de repente frontera

gorras y uniformes
que preguntan quién soy

anoto mi nombre una y otra vez
como si supiera la respuesta

no hay nada adelante
no hay pulso palabra ni deseo
sólo tierra y más

papeles en cajones

ni ciudad ni cuidad
ni frontera ni desierto

sólo tierra más tierra
y este abismo en el pecho
la ignorancia
de cómo sembrar

...muzza inspiradora...

soy tubería
de un puñado de minerales
enigma y
pedacito de cielo

engendro celestial
camino hacia mí
con manos verdes
abrazándome

...primer cuelgue...

Farol no brilla por sí mismo, pero él piensa que sí sin siquiera estar convencido de eso. Habla y habla de lo importante que son tantas cosas que hizo y dejó de hacer. Además de irritar, también consigue un sutil desprecio difícil de expresarle. Es bien jodido lograr eso, y él puede. Pola le habla con la mejor, le sonríe a pesar de que no le gusta ni un poco. Estrella también, le explica incluso cómo llenar el espacio; hasta yo lo halago falsamente, pensando que quizá no quiera ser tan Farol, que en algún momento cerrará el pico. Pasan los días y no hay caso; parece ir perdido en su luz, en la soledad de tanto hablar. Farol no cae mal, pero tampoco suma, y es demasiado para arrastrarlo con lo que pesa la mochila. Queda en el camino, en el suyo propio, en la soledad de tanto hablar.
Estrella Pola y yo seguimos juntos hasta el final. A veces recordamos a Farol, lo que vivimos. Ese sutil desprecio que sentimos por él, se convierte en una sonrisa miserable, en una falsa alegría de que no está con nosotros.
Viajando aparecen infinitos personajes. De esos que no se consiguen en librerías o en las mejores salas. Las saudades son inevitables; hay muchas personas que amo y quizá nunca vuelva a ver. No hay de qué preocuparse, me dice Gorki, crecer es recorrer caminos, es poder andar con uno mismo. Dentro de esa telaraña llamada realidad espero tantas cosas, que no llegan porque no las hago. El policía abraza a una monja, la monja abraza a un hombre equis, y ese guacho me abraza. Yo abrazo a un puto, el puto a un cartonero, el cartonero a un muchacho que volvía del fútbol, y todos nos abrazamos como en un gol importante. Pero no hay gol, es porque sí nomás, sólo porque podemos. Y con ese amor espontáneo conseguimos longevidad, caminar por nuestros medios, sonreír. Tomar agua pura y saludable, cristalinas cataratas de agua sana.
Cada persona es infinita, única, irrepetible, sin embargo le decimos: che boludo cómo estás. No nos engañemos, fuera del tango, veinte años es una banda. Escribir sobre el viaje es bien difícil, al menos sin caer en relatos plagados de nombres y cifras. Cómo poner en palabras la magia que el camino regala, si el viaje es parte de un destino, el mismo que me une a cada uno de ustedes, con el sol arriba y el suelo abajo. Cómo escribir del viaje si aún permanezco en él, si soy ese viaje; enigma que me fascina y sorprende.
En un día cualquiera, el amor de mi vida reparte volantes y sonríe, el gran capitán sale de chacarita, con nosotros arriba. Somos cuatro en principio; Farol, Estrella, Pola y yo. Vino tinto, flores recién cosechadas, alimento: el viaje es algo largo pero sabemos llevarlo. La tierra y sus ojos me burlan ¡y qué!; si tengo un rocanrol impresionante en el cerebro, que seguro merezco.
Luego de un día de tren estamos en Fungilandia. Rotwailer es el vocero de la banda de locos allí presentes, lo primero que hace al vernos es acercarse y pedirnos $2 (pesos dos) para el vino. En verdad escabia alcohol etílico con jugo de limón: bueno para el resfrío y mejor para la cirrosis. Eh, microbio, entregá dos pesos para el vinoh; ultratumba materializada en cuerdas vocales. Sin darle el reclamado Mitre ponemos las carpas por ahí, y disfrutamos la belleza del riacho que atraviesa el camping municipal. Hasta tomamos baño; el otoño recién comienza y da permiso. Encuentro escorpiones y serpientes, pero nada de lo que buscaba: no llueve lo necesario. El río, qué delicia, parece una sinfónica culminando una obra maestra. Después escribo unos versos (vagos) sobre espirales, que no vienen al caso. El sol cae sobre el río, transformando el cielo de violeta a naranja, y sin fingir, alucinante en todo sentido.
Seguimos subiendo constantemente, incansables, hasta la cúspide de nuestro ser.
Pienso demasiado pero no por eso sale algo en limpio de mi cabeza; por la ventanilla del camión corre el asfalto con sus líneas blancas y amarillas a toda velocidad. Busco alejarme de aquí, larvas como yo no se encuentran a sí mismas en las arterias del sistema.
Tengo poder adquisitivo, luego existo. Pero esto se pudre, y como en todo lo que se pudre, existimos larvas recicladoras. Yo soy una de ellas, por supuesto; sin religión, patria, pasado o futuro. Y, sin embargo, vivo absolutamente convencido de que AHORA merezco el cielo, en la medida que rompa mi cáscara y extienda mis alas.
Pienso demasiado, pero no por eso saco algo en limpio de mi cabeza. Más bien sigo, lleno de ansiedad. El camión me deja más allá, las líneas blancas y amarillas desaparecen.

...prólogo del Cuelgue Eterno...

Acampo lejos de todo, cerca de mí. Cómo estás, me preguntan y no sé responder, aunque en verdad siento que estoy volando, y a veces es mejor quedarse ese tipo de cosas. Bien, resumo, y sigo por ahí, sintiendo en los destellos del sol un gran motivo para mantener mi boca cerrada. El desierto es un paraíso; mi retina parece un proyector y no un receptor de luz. Consigo ver mis sueños frescos, detallados, palpables. Duermo conmigo, en la cúspide de un silencio verde. Al día siguiente veo toda la vida del único árbol en kilómetros a la redonda; una estela lumínica lo recubre en toda su extensión, incluso sus raíces brillan bajo la superficie de la tierra infinita, desértica. El árbol sin dudas posee esa vida y la desprende siempre, sólo que yo consigo verla ahora que estoy en ayunas en la mañana de un día mágico.

Meses después veo a mis colegas contentos, ¿felices podría decir?, tomando unos vinos en la plaza y me ponen contento a mí también. Nos contentamos con poco, es decir, con muy poco. Es como ver Heidi o escuchar Mozart; un canto a la humanidad; una guitarra con dos cuerdas menos pero tocada por alguien que dice algo. No como ciertos técnicos del ritmo y la melodía. La flor de la noche pa quien la merece. A pesar de tanto escabio cigarro y conversación banal, siempre aparece aunque sea una astilla de filantropía distinta en cada personaje callejero, y eso nos ubica al fondo de este guiso carnívoro y manoseado. Los violinistas de la sinfónica de Berlín (por decir) quizá no sepan que estamos todos en la misma gran olla, y flotar en la superficie puede ser una desventaja, desde el momento en que se sientan a comernos.

Sigo preguntándome si son felices con sus bombas, si sabrán que existen otros, como nosotros, que en lugar de lanzarlas las recibimos.

Y qué vas a hacer cuando vuelvas, me preguntan en tono afirmativo, como si fuese muy importante saberlo; en verdad los días vienen y no se pueden acumular, y qué pánico con eso. Si viajo es porque tengo ganas de seguir, digo con el cassette puesto. Si no viajo es porque voy a completar las frases inconexas, expandir las ideas sin desarrollar, escalar la montaña de imágenes en mis entrañas.

No existe la suerte sino el mérito, acción-reacción; tus axilas huelen o dejan de oler porque corriste por el prado o te quedaste sentado adelante de una pantalla. Nunca es tarde para abandonar el búnker, correr por el prado, ir a donde sea.
Vivir con una carpa un parche y una guitarra es revivir cada día; aunque si se aburren ahora (con esta mierda) puede que se aburran con cualquier cosa, digo, para no caer en romanticismos pelotudos. Revivir cada día es en verdad una cuestión de cosmovisión, así como Luchar por el Socialismo a Gran Escala, o ser un farsante-carilindo que dice por tele “La Felicidad se construye día a día” (puta madre). O un hippie medio punga que fumando un marlboro dentro de su poncho habla de espiritualidad; que sé yo, está bien, pero no puedo dejar de pensar en la gallina que vi aquella vez: saltó a un techo y zafó del perro que la perseguía, pero terminó trabada con la antena de televisión satelital.

Nadie se salva solo, nadie salva a nadie, todos nos salvamos en comunidad.

En definitiva no es la felicidad sino la comunidad lo que se construye día a día; sin comunidad no puede haber felicidad. No pienso en “Al servicio de la comunidad”, o sea, que termines con un escudito de la PFA, chumbo y garrote reglamentario. No, no es eso, igual si estás leyendo esto supongo que no te interesa mucho entrar en la Fuerza.

Digo de volver (devolver) a la vida sin petróleo, dinero, gobiernos, empleos innecesarios. Eso sería una (r)evolución real, y no otro pseudoprogreso; tendremos que amarnos obligatoriamente, de una manera precisa y total, si es que efectivamente queremos persistir como raza humana. Nuevas formas para las nuevas formas, reemplazar el rol de las instituciones sin repetir estructuras que las emulen.

Mi propio hedonismo me impide acceder a nuevos grados de conciencia; por eso busco el viaje más allá de ser nómade o sedentario, busco el viaje hacia adentro. Paso el tiempo en lugares donde abunda la alegría de caminar bajo el sol y escasea el miedo a compostar.

Asumir lo que pasa es más difícil lo que creemos, siempre. Un día cualquiera no saldrá más agua de la canilla, gas de la hornalla, dinero del cajero, nafta del surtidor. Eso no te lo explican los medios cuando hablan de economía, porque su función es justamente esa: desviar tu atención hacia cosas que no son vitales. Los colosales cúmulos de cemento-incongruente a los que sucintamente llamamos ciudades, efectivamente van a colapsar un día más acá o más allá, porque ya demuestran un agotamiento irreversible, el derroche absurdo, la falta de empatía y tolerancia; ese otro que se tira pedos en el asiento de adelante en el bondi (creas o no) es esencialmente igual a vos. Por no tener educación suficiente, por naturalizar cualquier tipo de (auto)humillación le decimos: cómo te cagaste hijo de puta. Pero la posta que ni vos ni él se calientan, un poquito aunque sea, en conocer cómo funciona lo que hay debajo del pasto, y cómo se relaciona con el sol el éter y el agua; y que esos son los elementos básicos para que la vida florezca y nos dé alimento. Pero la carrera de “hippie viajero sin planes de afeitarse” es demasiadolarga y sin mucha salida laboral, viste. Mejor estudiar “culos húmedos en las praderas áridas de Hawai”, que la hacés en tres cuatrimestres y se gana súper bien.

La solución que salió de mis manos es estudiar Todo. Y lo único que aprendí en estos años de carrera (¿qué sería lo contrario a carrera?) es que Todo es parte de algo único e indivisible, o sea, que corresponde a una Unidad. El planeta es un punto, un grano de arena es Dios. Si querés lo estudiamos juntos, pero no le veo mucho sentido. Mejor hacerlo y ya.

...qué lindo tomar subte...

turba topo
añejada
en fraudepartamentos

-botellas de luz encarnada-

siempre una persona
en cada escalón

la calle
arriba
lejos

...blues existencial...

hay que saber
estar informado
leer entrelíneas
ser racional

pero que nadie te diga
lo que tenés que pensar

ser divertido
ser eficiente
extrovertido
sensacional

el mundo me pide
y yo voy a explotar

quiero jugar al fútbol con mis nietos
quiero cantarle a la vida sin parar
quiero besar el sol en mi ventana
cada mañana no tener qué pensar

...giro...

la nada quiso ser ameba
la ameba ser pez
el pez anfibio
el anfibio árbol

el árbol quiso ser pájaro
el pájaro tener los pies sobre la tierra

el hombre quiere ser nada

...123...

un microído virtual
tirano registrador

canales infinitos
rígidos de tera
dale pibe
que no hay cinta

pasando la gorra
ponen diez o cero
pero todos colaboran
quieran o no

los que aplauden
o piden temas

o los que no te dejan tocar
en su pollería

a todos agradecemos

eso sí

no nos responsabilizamos de lo que suceda
por oír este material
(¿se autodestruirá en quince segundos?)
ni de los cólicos renales
los muertos de risa
o los pies que se muevan solos

para ustedes tocamos
con más ganas que otra cosa
pifies como en la vida real
errores que no pudimos corregir
y relativamente buen audio para ser un demo
gracias a un amigo enraizado en el tema

(marcos angelendemoniado
imposible escuchar esto
sin su existencia
paciencia ayuda y cariño)

les hacemos llegar
este mejunje de estilos
porque así nos pasó
diferentes sitios
sabores
momentos

música transformándonos
y nosotros
intentando ser sólo un canal

dar el mensaje
con alegría
y seguir como si nada

¿escuchan?

http://www.2shared.com/file/I661EvAx

...123...

Créditos

Voz Guitarra y Charango: Andrea Magnanego.
Melódica, Guitarra en "La planta": Acrobatachino, o sea, yo.
Magia y Mezcla: Marquitos

Temas:
Berimbao - Vinicius de Moraes
Curura/Humahuaqueño - Toto la Momposina/E. Saldivar
La alejada - Manuel José Castilla/Cayetano Saluzzi
El cosechero - Ramón Ayala
Morena tropicana - Alçeu Valença
Hoy estoy aqui - H. Guarani
La planta - 4 pesos de propina
Dos de febrero - Susana Baca

...pasen y vean...

post de un broder de villahermosa, tabasco, sur de mexico.

http://mexcalitozound.blogspot.com/2011/05/hkaleydoscopio-por-martin-schencman.html

a mi salud!

...conexión...

vi tantas cosas que ahora sólo quiero escuchar

quizá la leve sensación de estar perdido en el tiempo

mal, corrido

buscando a diario cómo hacer la vida
inspirar amor belleza o explotar

desaparecer como una música
que nunca fue puente entre verdad y tierra

...caminando...

y qué hay de los que se quedan, dentro de esos moaís vivientes arrojados a la marchanta sobre la tierra como girasoles que jamás han de brotar, expresando su heliotropismo siempre bajo tierra. si el romanticismo arruina todo a la perfección, es decir, a su manera, qué queda de la realidad.
ni los novios de yeso escapan a su vestimenta: de personas abandonadas y pobres, son lo quieto en de un pastel que pronto comenzará a trozarse. y quién no se refugia en la dulce sensación de ser uno mismo. delante de mis ojos hay cosas que no veo, que quizá están y no están al mismo tiempo.
mi equipaje: una palabra clave un par de piernas. ah, lo olvidaba, un cerebro preso de su cráneo; sueño con el pájaro que desenjaulo y muere enseguidita. despierto el culo agito las tripas sonrío con toda el alma; no hay cómo engañar al corazón, veo que titulan los periódicos del mundo, sin dudas un ataque errorista que muestra a las claras que a la gente no le importa ni conmovere la gente.
en todas partes mi principal contradicción es repetir cosas que todo el mundo entendió, menos yo. eso y oír canciones que sé de memoria.
subo los peldaños y busco con la mirada. el viaje demora, el guardia de seguridad detrás mío. no tengo motivo alguno para sonreír hasta que una niña, de más o menos cinco años, me mira e instantáneamente rompe a llorar. nadie parece percibir su llanto, mucho menos mi sonrisa. el tren arranca inesperadamente, y camino hacia el vagón siguiente: el amor también es una mirada esquiva, el silencio que precede a la ausencia, un galpón inhóspito como el que ahora se posa delante de mis ojos.
mi casa es la tela de una araña hambrienta, mi trabajo es el de la hormiga que va a la tela: busco asiento y en lugar de eso encuentro preguntas repetidas.
por qué demonios se extiende la agonía de quienes están en su infierno.
la respuesta: si no existisen peajes al cielo, si la imaginación abundase como el agua en el océano, si me importase tener más que el de al lado.
llego a una ciudad que más se parece a un fuentón de espaghetis con un solo comensal devorándoselo; hunde el tenedor y lo gira varias veces para cazar un bocado sustancioso y letal. traga como canto de libertad. no hablo de política, me refiero a la pura mecánica.
vida queda bien poca, prefiero apreciarla antes que ponerme a pensar. no digo lo que hay que hacer, sino lo que pienso. porque con mi "quién demonios soy" no hago nada. pero eso es lo que soy, una especie de caracol que no soporta los decibeles de la urbe.

...amor hermanx...

“Una flor, un amigo, una estrella no son nada,
si tú no pones en ellos una flor, un amigo o una estrella”.
(Antonio Porchia)

Sale el Sol y yo de la carpa: estiro mis huesos y respiro hondo durante media hora. Luego corto unas ramitas para encender el fuego. Alguien amasa lo que serán unos chapatis. Con el fuego en otras manos subo a regar los frutales. Alguien dibuja, alguien canta. Los primeros mates y aplauden desde la cocina.
Nos damos las manos, agradeciendo los sagrados alimentos. Alguien habla y se manifiesta, ante los oídos abiertos de quienes estamos en círculo.
El Ser Planetario guarda un espacio en su corazón para cada alma que lo habita. Trabajar para la tierra y en favor de nuestra comunidad, lleva a admirar lo mucho que llevamos dentro y debemos descubrir.

Aldea Velatropa : AldeaPlaneta

Dicen que la Aldea comienza un invierno en el que cae nieve en Buenos Aires. Que la empezó la misma persona, sola, por segunda vez. Con nieve, como si fuera una era glacial la que se repitiese. Diferenciamos historia de pasado: la historia se escribe en el presente, y con ella se construye el pensar de las generaciones por venir. Entonces para contar cómo y cuándo comienza la Aldea podríamos remontarnos muy atrás, o muy alto, y no tendría más sentido que decir que la Aldea se crea todos los días, en el Aquí y Ahora.

El paradigma social actual coloca a las comunidades en las que vivimos en el lugar de los ideales que nunca se alcanzan. Este paradigma, parte de un proceso humano, de una "evolución", está en plena crisis. Tal vez la arista más visiblemente derruida sea la ambiental, donde lo legal se contenta con determinar el precio que implica destruir al Planeta, o sea, qué valor tiene la vida, quiénes pueden acceder a qué condiciones.

Se habla de Aldea Global pero esto no se comprueba en la realidad; las pujas políticas económicas y sociales se dan en un ambiente belicoso, absurdo, paradójico. Digamos que esta Aldea Global es una comunidad sin obra.
Enfrentados sin saber qué hacer; el otro es un igual y una amenaza.

Nuestra ignorancia nos aleja de la esencia, esto es: sentir la energía de la Tierra, saber que nos acompaña a todos de igual manera. Respetar los ciclos naturales poco tiene que ver con nuestra "civilización".

Generamos un nuevo paradigma, otra "civilización", centrado en la confianza del Ser humano y no en la imperfección del Hacer. Es por eso que optamos por la acción directa y auto-organizada; porque confiamos en nuestro pensamiento crítico y en nuestra intención benéfica de paz.

Pabellón 5 Ciudad Universitaria : Centro Experimental Universitario

En nuestra experiencia comprobamos que el grupo en sí es más que la suma de individuos; que es la herramienta más valiosa para emprender cualquier tarea, ya que posibilita a los individuos desarrollarse en el ámbito humano. La autonomía de una comunidad depende de su capacidad de empatía y sinergia y todo organismo que se jacte de autónomo debe, por tanto, ser horizontal e interdisciplinario de comienzo a fin.

Humanos mecánicos no distinguen su propia explotación y autodestrucción. Ser eficientes en trabajos que no nos satisfacen, es limitar nuestra creatividad, nuestro espíritu, que por naturaleza buscan escapar a cualquier límite. Seguir en la alienación nos impide cualquier crecimiento. Así como se habitan los ideales, también se habitan las acciones; comprobamos que un basural habitado es un jardín, que el relleno sanitario sembrado es una huerta. Definitivamente el paraíso existe, pero necesita ser construido y cuidado. Es un bosque cualquiera, al borde de cualquier río.

El mensaje de la Comunidad no se basa en Grandes Ideales, sino en Pequeños Hechos Prácticos. El libre albedrío, ¿es un ideal? ¿O acaso se da todos los días, momento a momento? El mensaje de la comunidad es producir círculos virtuosos auto-sustentables.

El concepto de basura que este sistema propone es un insulto a la inteligencia. La era moderna adoptó la creencia científica de que en la naturaleza existe basura, basada en su afán de consumo ilimitado. Su tiempo lineal, su dinero en dos dimensiones.

Nuestro trabajo en comunidad es para generar hábitos comunitarios; es urgente que entendamos la importancia de asumir nuestra responsabilidad con el Ser Planetario.

Si consideramos sus 4600 millones de años (aproximadamente) como si fuesen un día de 24 horas, el humano aparece en el minuto 59 de la hora 23, en el segundo 59. Y más: si contamos todos los seres de todas las especies, los humanos no somos, precisamente, muchos. Tal vez por eso creemos en la vida en comunidad, en querernos como familia más allá de la sangre.

Buscamos devolverle el Ser al Hacer. Esto significa, ni más ni menos, valorar con plena conciencia aquellas acciones cotidianas que implican nuestro desarrollo como individuos. En una comunidad de paz, cada habitante debe conectarse con su propósito de vida, su vocación, su deseo interior profundo. Y así comprender que el valor que damos a los otros, es el valor que nos damos a nosotros mismos.