sinergia

En el noticiero de ayer vi a CFK (¿le ponen las abreviaturas para que se parezca a Kennedy? no lo entiendo, pero es maravilloso de todos modos) que aseguraba (textual) que "hasta el 2009 tenemos la financiación asegurada". Más claro echenlé sevenap. A poner el orto otra vez. El monstruo cae, cae, cae. Varios van van van con él. Quienes no ven, no les conviene ver.

Todos actuamos así en momentos determinados.

Nos tapamos los ojos para no ver la cagada que estamos haciendo, aunque sepamos que así no resolveremos frenar. Si tu auto censura influye (y se lleva) la vida de miles, sos el presidente, gobernador, jefe de gobierno. Tenés una gran empresa, la tenés clara, el futuro asegurado. Hasta cuándo.
Que este país no da para más está en boca de muchos; lo pasan por la tele, me lo dice el verdulero. A veces lo dicen pero también dicen lo contrario: saben y defienden cierta cantidad de bondades que posee este pedazo de tierra, con una canasta de inentendibles y pasionales razones. Esa ciclotimia popular que va del fascismo a lo tierno en un giro de cabeza, es más que un partido fútbol. Es más que debatir cuántos cuerpos van a educaron/batieron/trituraron. La gran empresa administra la gran máquina “T-47-el orto--_--ovejero que descansa en manto negro”. Y los tiene a todos muertitos--;--muertitos con los colmillos afilados.

Hoy me mordió el segundo perro en dos meses. En seguida me mordió no pude putear al dueño del perro que prácticamente reía de mí. Lo hice después, riéndome de algo que ya no recuerdo. Luego comencé a imaginar cómo me denfendería del tercero. Lanzarme sobre su cabeza y apretarle el hocico y el cuello hasta irme con él al cielo; tal vez baste un piedrazo entre los ojos, más garrotazos con un palo improvisado de la calle, o, también, puede que, quizá, deba, correr. Aún sigo.
“Les doy mala” al mejor amigo del hombre, será que hago las cosas mal. Que hoy tengo un humor de mierda por no entender qué carajo es un límite. O dónde carajo van, que es lo mismo. Será porque camino sumergido, toda mi vida en el propio pensamiento único, que mi silencio es de papel, que ignoro mi ambición de ser rico.
Quizá regalarme una muerte de dos días, esas siestas que nos hacen más hongo, grises adaptados a las calles, sea el plato del día.


Quiero soñar con nuestra presidenta. Que sea mi madre, o mi maestra preferida del colegio. Quiero que el preceptor a su derecha, pase lista y sea su marido. Quiero una escarapela francesa en cada guardapolvo. Que su sillón de “docenta” sea de oro africano. Quiero que en clase no se estudie el impacto ambiental de las mineras a cielo abierto. Quiero que se hable de la descalificación de “romina la tuberculosa” en “bombardeando un adobe”. Quiero que encabece el acto del Día de la Raza. Y diga ante todo el colegio: - Hace tiempo que debieran dejar esas gansadas. Es una auténtica tragedia para todos los argentinos. En calafate tenemos un casino mapuche. La patria grande con la que soñamos todos es inevitable. Un mundo dentro de otro mundo, el mundo infinito inevitable. Anoche partículas de arena dentro de un pulpo gigante en el que miles de ojos… y hoy nada. Aprendan.
Los alumnos se mandan mensajes de txt mientras ella habla. Todos están correspondientemente aburridos, charlan. No va a suceder que algún alumno interrumpa a CFK para cuestionarle desde cuándo su realidad carnal se ve adulterada. Ni si podría cambiarme un billete de dos por dos monedas de uno. Ella hablará hablará hablará. Tal vez, en algún momento, cuando ni las maestras estén atentas, le recuerde a todo el colegio que el boom de ventas de sus libros no deja de sorprenderla. Que es como un milagro. Que la alegra y asusta mucho. Que su próximo libro se llamará “La eclosión de mi cinismo” y saldrá editado sólo en alemán.


El mejor representante del pueblo, es aquel que es su propio chofer y no tiene coche. Ese que vive lleno de secretarios y asistentas pero ellos no dejan de ser uno. Aquel que sabe que no hay taaaaaaaanta diferencia entre tomar una botella o una copita. Que abstenerse sin saber qué implica es peor que elegir y equivocarse. Que nadie hará el trabajo por mí. Que el himno está mal escrito. Que el grito sagrado original fue censurado y era licor licor licor.

Tengo rabia.

Y sé que dormiré con ella, que no me va a dejar. No creo en las vacunas, no es una solución posible para mí. Desde pequeño me fascina todo lo que se atrapa a sí mismo. Ahora soy dueño de mi auto censura. Hasta cuándo. Ya no sé bien qué decir; exigirle a mi curiosidad sería acelerar en bajada. Ella debe ir sola, dibujar alguna línea en mi cuerpo. Prefiero eso que pertenecer al club de los muertos, o al de los sin-ningún-tipo-de-certeza.
Prefiero eso; incluso mentirme una sonrisa cuando no sé qué hacer, porque así es cómo (entiendo) las cosas deben hacerse.

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