tildado en la felicidad

una torre perfecta
construyo una torre perfecta
imaginaria con el vigor de mi juventud
los sueños de lucidez
y la percusión del sendero

la vida es buena conmigo
hasta demasiado
el universo es mi mejor amigo

voy a reiniciar el sistema
aunque no sea una máquina
-mi pequeñez reluce desde arriba
como haiku en kiosco de revista-

vos tampoco sos una máquina
por eso editas mi fotografía en tu memoria
y viajas en el tiempo
con manos y seis cuerdas
no somos y somos
la programación del sol
el mecanismo de las flores
un árbol que habla
con precisión milimétrica
del río y su cicatriz

-un jardín con medicinas
que espero usar nunca-

de mi humanidad obsoleta
hacer un animal mineral
para estar cuando me vaya
para que cese mi egoísmo
llegar a la cima y seguir subiendo
llegar a la cama y no dejar de vaciarme

sentirme caballo aún siendo peón
o una torre
una torre perfecta
donde los fusiles ya no se disparan
las palabras traen entendimiento
y flores en todas las estaciones

1 comentario:

Julieta dijo...

Purificando el alma me tenés.
En tiempos así, como en los que estoy ahora, es cuanto más valoro estar (de alguna u otra forma) rodeada de almas de compañía tan alegremente inesperadas como la tuya!
¡Lo abrazo de raíz!