...la vida de los libros...

En un comienzo existió el buen diálogo entre los libros considerados sagrados, porque todos inspiran un mensaje de paz, de amor al prójimo. Pero cuando tuvieron ojos y vieron sus lomos, el amarillento de sus hojas, el decir diferente se terminó la confianza. Una feroz batalla se libró entre ellos, ante los ojos atónitos de sus vecinos no sagrados.
Pero los libros se engendran en sentimientos anteriores a la guerra; cuando las palabras sólo vienen y lo que se busca es todo lo contrario a capturarlas.

Busco no pensar, ser de otra cosa que agua, filtrarme por abajo de la puerta y en la calle diluirme como un pensamiento. Veo que estoy en cero, que es el momento exacto de saltar hacia arriba de nuevo. La cosecha de tumores es formidable, pasaron las viejas épocas de flores. Ahora lo que sembramos crece, y dificulta nuestran tímida existencia. Como hijos que somos de la superabundancia de petróleo, no de un mundo crudo y lleno de vida. Sillón de cuero, uñas limpias, ni sudor ni demora. Cada día es un alimento para mi espíritu enlatado. Cada nota desagarra el silencio que no quiero ¿¿¿Desde dóõømde habla esta voz que también soy, y es otro??? El cielo es el regalo que mis ojos le hacen al resto de mi cuerpo; las estrellas y constelaciones se ven como en un mapa los pueblos y la ruta.

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