piscina

Fluyen, como en desfile, los recuerdos más vivos de mi colección. Van con sus mejores trajes y sonrisas, delineando una trayectoria indefinida en el mapa desértico. La única ropa de la naturaleza es la sangre en la que nos bañamos.
Ruedo como una cebolla las veredas de esta ciudad, que se cortan, y lloran mis horas dentro de un silbido. El aire impuro trafica eso que respiramos, pulmones como arena en un péndulo; mis manos escupen tiempo de reojo.
Hago una rifa con el planeta, para que otra historia se vierta en tus manos. Para que tus manos me devuelvan el aliento. Porque jamás freno, salvo para vomitar lágrimas en paz.
Pienso, trato de encontrar, la relación entre un gato negro, un cowboy porteño y un rechazo. Quiero dinamitar el lenguaje, pero éste sueña, olvida o no recuerda, y toma de su copa de símbolos. Entre las infinitas posibilidades que tiene para beber, elige tomar sed. Luego pone sus manos en forma de cuenco, y sorbe sangre para que baje el bolo semántico de retina y papel, retina y papel.

2 comentarios:

Unknown dijo...

este es buenisimo. me matò.

L ... dijo...

"Quiero dinamitar el lenguaje, pero éste sueña, olvida o no recuerda, y toma de su copa de símbolos. Entre las infinitas posibilidades que tiene para beber, elige tomar sed."

ME-EN-CAN-TÓ.

salutes.